miércoles, 3 de febrero de 2010

Carta Para Una Nueva Generación

Revisando cosas, me encontré con algo que escribí hace diez años cuando apenas comenzaba el nuevo milenio. Me pareció curioso lo que narraba en ese momento y reconozco que en algo se ha avanzado, sobre todo en materia de orden público, aunque cuando la escribí estaba pensando en la Colombia del 2.050 no la del 2.010.

Ahí se las dejo:

Enero 20 del 2.000

CARTA PARA UNA NUEVA GENERACION


Hoy, veinte días después de que se iniciara este nuevo milenio, estoy aquí, observando la ciudad desde la ventana de mi oficina ubicada en la zona industrial, desde aquí alcanzo a ver con claridad los cerros de la ciudad, con Monserrate en su parte central, también observo el centro internacional, la torre Colpatria y el Banco Cafetero, - espero que existan edificios más altos para entonces -, al parecer esta noche habrá un eclipse total de luna, dudo que pueda observarlo, pues a pesar de que esta época solía ser muy soleada, hoy el cielo tiene la típica característica grisácea que siempre ha enmarcado a esta ciudad.

Saben, empezamos este nuevo siglo casi igual que como comenzamos el anterior, hoy no nos estamos matando por los colores de los partidos, - o al menos de eso nos hemos convencido a nosotros mismos -, al contrario, tenemos unas guerrillas que durante los últimos cuarenta años nos han tratado de convencer de que su causa es la del pueblo, sin importar que siempre, como recientemente, se hayan encargado de asesinar civiles en las carreteras o niños que esperan una matrícula nocturna en una escuela, o simplemente dejar sin energía eléctrica a una ciudad, al fin que, ellos en el monte no necesitan nada de eso.

Ahora somos una sociedad envuelta entre la sofocante modernidad y la pasmosa realidad de que aún somos pobres. No importa que en mi escritorio tenga un teléfono celular que no puedo dejar ni para ir al baño, ni que dure horas chateando por Internet con gente que ni conozco, sin saber si lo que me dicen es cierto o no. Somos pobres, sin importar que haya estudiado en una universidad y dentro de una facultad de gente acomodada, de que gane alrededor de 9 veces más del salario mínimo vigente para este año, que tengo carro aunque no sepa por cual calle lo pueda andar sin caer en un hueco y que si la violencia me deja, este año pueda pasar las vacaciones dentro de la piscina de la casa de campo de mi familia.

En la actualidad atravesamos la recesión económica más grave lo los últimos setenta u ochenta años, la tasa de desempleo se acerca al 20%, muchas personas han perdido sus casas y con ellas sus esperanzas, tenemos el dudoso privilegio de ser la nación número uno en el mundo en cuanto a secuestros, desplazados, asesinatos, producción de drogas, corrupción, trata de blancas, etc. En una revista dicen que nuestra economía produce tanto como lo que produce el barrio del Bronx en Nueva York, Semana, otra revista, dice que la economía colombiana vale lo mismo que Yahoo, el motor de búsqueda más utilizado en Internet, (todavía la llaman así?). Dentro de los quince personajes más importantes del pasado siglo más de la mitad son políticos según la misma revista, debe ser por su patriótica contribución a que no hayamos avanzado nada en cien años. Hoy como en el pasado, estamos en negociaciones de Paz, ustedes también?. Hace unos años podía ir a la costa por carretera, ahora incluso ir a Melgar “es muy riesgoso por la situación”. A pesar de lo pobres que somos, nos encontramos inmersos en la “globalización” y la “competitividad de los mercados”, cada vez estamos más alejados de las familias y los padres tienen que dejar solos en casa de los abuelos o en guarderías a sus niños, quienes ahora, antes de alcanzar primero de primaria ya tienen varios diplomas.

Durante el siglo que pasó, presenciamos atónitos los logros que el hombre de otras latitudes alcanzó, sin embargo, decimos que "llegamos" a la luna, "curamos" muchas enfermedades que hace cien años mataban a cientos y miles de personas, "viajamos" al espacio y retornamos sanos y salvos, "dominamos" la fusión y fisión nuclear, sabemos que el universo está en expansión y que cada vez que miramos al firmamento observamos en vivo y en directo nuestros orígenes, sabemos que E=mc², y que Marx y Engels no tenían razón. Definitivamente, nos gusta incluirnos en logros ajenos. Menos mal que ya no pensamos que nuestro himno nacional es el más lindo del mundo después de la marsellesa, ni que Bogotá sea la Atenas suramericana.

Los bancos trabajan con nuestro dinero y siempre, pero SIEMPRE!, tienen la razón, si dicen que no has pagado, no has pagado, así tengas el recibo con el sello del cajero al frente tuyo, si sacaste plata del cajero electrónico, lo hiciste, así estuvieras fuera del País, ellos siempre ganan, incluso cuando pierden.

Durante las últimas décadas del siglo que acabó, aprendí el significado de nuevas palabras y frases: Ahora sé que significa sicario, magnicidio, desplazado, D.I.H. “investigación exhaustiva” (que termino siendo lo contrario a lo que pensaba), “a mis espaldas (ídem)”, “mi hoja de vida es limpia”, etc. También gocé con los logros de la selección Colombia: Quien lo creyera, estuvimos en tres mundiales seguidos ( y sin Vilarete, Willington y el Guajiro Iguarán), además Pambelé se la fumó toda y Lucho Herrera instaló un Motel (bueno por cierto).

Hoy en día, vivimos pendientes de lo que le pase a “Betty la fea” (una telenovela, saben que significa telenovela?, ), a pesar de que en los últimos días el E.L.N. esté tratando de impedir que la veamos, volando torres eléctricas cada vez que tiene la oportunidad, lo cual no le ha funcionado pues la repiten dos veces para hacerle el quite al apagón; apagón por cierto, como el que vivimos la década pasada, que obligó al gobierno de la época a adelantar la hora, sí, como los gringos y europeos, sino que no era hora de verano o invierno, pues el amanecer y el atardecer ocurrían como siempre, tal vez era otro de esos inventos que tan solo pueden producirse en estas tierras, cuya capital sin lugar a dudas solo podemos encontrar en la realidad mágica de Macondo.